viernes, 11 de octubre de 2013

OJALÁ NO TE HUBIESES IDO

¿Cuántas veces habéis deseado que todo fuese como antes?

Lo cierto es que yo lo he deseado bastantes veces. Algunas por desesperación, otras porque las cosas iban mal, por la muerte de un ser querido, por haber acabado mal con una persona que me importaba, porque todo antes fuese más fácil...

Han sido muchas las veces en las que he deseado que todo volviese a ser como antes, pero llegué a comprender que lo mejor es que siguieran su curso; sin embargo, esta vez es diferente.

Entre nosotros nada había cambiado, simplemente se metió la distancia de por medio, todo fue culpa de las circunstancias. No era el momento de decir adiós y, sin embargo, aquí me tienes, en la otra punta del continente maldiciendo la distancia a cada instante que pasa. Y es que cuando es la distancia la que se interpone en tu camino a veces no todo es tan fácil como subirte a un autobús, a veces, no todo es tan sencillo.

El sentimiento de impotencia te persigue unas veces; la desesperación, otras. Y, a menudo, el miedo y las inseguridades les acompañan.

Y es que simplemente pienso que tener que separarse cuando todo es perfecto es una putada.

Ojalá todo volviese a ser como antes.