lunes, 26 de noviembre de 2012

LOCURA

Creo que todos necesitamos un poco de locura.

Soy de esas personas que ha pasado de no tener nada a tener demasiado y luego todo se paga.

Cuando no tienes nada hay ciertas cosas que las dejas pasar porque como no te atreves a lanzarte o simplemente a pensar en algo que no sea tradicional te vas volviendo monótono y aburrido y vas teniendo una ligera idea de todo lo que te puede pasar sin encontrarte apenas sorpresas.

Cuando tienes demasiada ni piensas las cosas, sueles hacer todo lo que se te pasa por la cabeza por el simple hecho de ''destacar'' o de no ser como los demás o simplemente porque quieres sorprenderles o parecer mejor por no actuar como la mayoría. El problema está en que el ser demasiado espontáneo y demasiado loco puede traerte muy malas consecuencias pues actuar por instintos o impulsos en una sociedad que en su mayoría se rige por la razón es perder el tiempo y tener ganas de pasarlo mal casi siempre.

Pero yo creo que si lo que se tiene es ''un punto de locura'' pueden ocurrirte cosas maravillosas...

¿Y qué es un punto de locura? Yo lo definiría como pensar, pensar y actuar; sí,pensar dos veces antes de actuar. ¿Y por qué eso es locura si estamos pensando? Porque primero se te pasa por la cabeza (lo piensas) y después eres consciente de lo que has pensado (lo vuelves a pensar). La diferencia con no tener locura, es que en esa ocasión lo que hacemos es: pensar, pensar, pensar, pensar, pensar...actuar. La diferencia con estar demasiado locos es que  conforme lo piensas lo haces (pensar-actuar).

Pienso que el punto de locura tiene que surgir, que no hay que buscarlo, porque lo inesperado suele ser siempre una bonita sorpresa. Nos da ese ''algo'' que nos hace vivir experiencias inolvidables.

A día de hoy, creo haber aprendido a tener ese punto de locura y, sinceramente, es una de las cosas de las que más orgullosa puedo estar porque es pensar con la cabeza pero a la vez...dejarse llevar.

miércoles, 21 de noviembre de 2012

EL CONTROL

Hay cosas que no podemos controlar y es frustrante.

La rabia y la impotencia que se siente cuando te pasa algo que escapa de tu control son inmensas pero creo que lo peor es lo que viene después: ese eterno ''por qué''.

Ese ''por qué'' que no tienen respuesta en la mayoría de los casos, pero no viene solo, le sigue el ''qué hubiera pasado si...''.

No podemos evitarlo, queremos controlar todo lo que nos rodea porque así creemos que, de alguna manera, estaremos protegidos y decidiremos nuestro futuro. Y no es verdad, a veces esas cosas que escapan de nosotros pasan para darnos lecciones y para que aprendamos y maduremos.

Decidir nuestro futuro...yo creo que salvo en cosas muy generales como el trabajo o los estudios no podemos elegir el futuro e, incluso a veces, ni en cosas tan claras como esas se puede estar del todo seguro.

Nos pasamos la vida haciendo predicciones, tratando saber qué pasará en cada momento, planeando escenarios mentales de posibles situaciones...y eso es importante, sí, porque le proporciona una cierta estabilidad a nuestra vida, pero también nos causa mucho estrés y perdemos la capacidad de sorprendernos en ciertos momentos.

¿Y si simplemente parásemos de pensar tanto en las cosas y dejamos volar la imaginación en algún momento? Hay que tener una cierta visión de futuro para que tu vida no sea un caos pero si de vez en cuando nos paramos a vivir y a disfrutar el momento...tampoco nos iría tan mal, ¿no?

martes, 20 de noviembre de 2012

...

A veces no valoramos el valor de un ''te quiero'', la importancia que realmente tiene. Últimamente todo el mundo se quiere pero luego no. Hay quien confunde tener mucho cariño con el quererse, el apreciar mucho con el verdadero amor. Mi consejo es que valoréis el ''te quiero'' y no hagamos que pierda su verdadero potencial y significado.

lunes, 19 de noviembre de 2012

MONTAÑA RUSA

La vida es así, una puta montaña rusa.

Primero te niegas a subir, pero la vida se encarga de hacértela irresistible, tú, temeroso subes. LLegas cada vez más alto, la ilusión aumenta, piensas que todo puede cambiar...Pero en el momento menos esperado, empiezas a caer, no es una caída suave...es una de esas bruscas que ni esperas y que hacen que todo haya terminado mucho antes de haberlo dejado empezar. Se aprovecha de eso, de tu pérdida del miedo, de que todo estaba cambiando; pero el cambio nunca existió, fue un espejismo creado por la montaña.

Y ahora os digo, si os montáis en una montaña rusa, no os confiéis hasta haber tocado el suelo, pero no lo toquéis como yo, estampandoos contra él...tratad de bajar los pies con suavidad, despacio y...en lo más alto.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

EFECTO BUCLE

A veces tengo la sensación de que  mi vida es una montaña rusa.

Unos días tengo unas cosas tan claras y, al siguiente, todo es capaz de darse la vuelta y confundirme. Vivo en un día a día en el que no puedo tener nada seguro ni tampoco descartar nada. Todo son señales difusas que dejan volar a la imaginación, a la ilusión y a la esperanza; a todo eso, a todo menos a la certeza.

Vivo una vida en la que un paso puede hacerte perder o ganar todo. Es tener siempre la incertidumbre de no saber qué va a pasar.

Entonces, llegas a la conclusión de que sólo te queda esperar...pero todo avanza tan despacio que no se distinguir si es que no avanza o si es que hace falta dar el paso.

Y ante todo esto lo único que se me ocurre es que ha llegado la hora de dar el paso, perder o ganar...pero no me atrevo, así que vuelvo a mi misma situación.

Creo que esto es el llamado efecto bucle y, lo peor, es que no se si saldré de él con el tiempo o si me hartaré de esperar y daré el paso...lo único que tengo claro es que, de esto, no podrá salir nada bueno.

EL SONIDO EN ESTÉREO

No me gusta escuchar la música con una sola oreja, pero me encanta que se me rompan los auriculares porque, al sonar la música en estéreo, comienzo a apreciar cada nota o cada instrumento que no me había percatado que sonaba en la canción y, entonces, la escucho de otra manera.
Y cuando vuelvo a escuchar la misma canción ya soy capaz de apreciar cada detalle y eso hace que me guste mucho más.

ENCUENTRO CASUALES

Salía de la biblioteca pensando en escribir sobre ellos y, justo hoy, he tenido unos cuantos.

Los hay de muchas clases: unos que te llaman la atención y te resultan curiosos, otros que te dejan indiferente. También están esos que tratas de evitar constantemente pero que, tarde o temprano, sabes que acabarán llegando, sólo esperas estar preparado para ello. Luego están esos encuentros que deseas pero que nunca llegan y que, cuanto más te los imagines y de todas las maneras posibles, no llegarán o llegarán cuando ya no tengan ningún valor.

Yo pienso que los más habituales son los que se dan con aquellas personas con las que no te apetecería encontrarte o esos que se dan en el momento menos indicado.

Por último, me quedan por mencionar aquellos que ocurren con tan poca frecuencia y que quizás por eso, son los que más nos gustan. Cuando te encuentras de repente con alguien a quien deseabas ver o con esa persona que aparece justo en el momento oportuno.

Y es que las casualidades son así, tan buenas como malas, supongo que todo depende de estar en el momento y en el lugar indicado.

Y yo me pregunto: entonces, ¿las casualidades dependen de la suerte o de nuestras decisiones para estar ahí en ese momento y lugar?

TAN CERCA Y,A LA VEZ, TAN LEJOS


Esa absurda necesidad de sentirnos queridos por cualquiera y de tener que tener en la cabeza al primero que pasa, nos empeñamos en complicarnos la vida con estas tonterías pudiendo dedicar nuestro tiempo a cosas más productivas y en hacer felices a los que, verdaderamente, piensan en nosotros día a día.


A veces, nos empeñamos en buscar cosas en los otros sin darnos cuenta de que todo eso que pedimos están dispuestos a dárnoslo los nuestros. 


Y, por hacer las cosas tan difíciles, es por lo que estamos tan cerca y, a la vez, tan lejos de unos y de otros...